Un cabestro de los que acompañan a los toros murió ayer en la plaza justo el finalizar el encierro. El cabestro, tras volverse desde dentro del callejón que da acceso a los corrales y hacer caso omiso del resto de la manada, se dirigió a la puerta del encierro, donde tras embestir a un corredor, se desplomó ante la incredulidad de los presentes.

Los pastores trataron de levantarlo, al tiempo que cerraban la puerta de acceso a la plaza para que no entrara más gente. Esto generó una situación de confusión cuando decenas de corredores se vieron atrapados sin poder entrar, mientras llegaban los cabestros de cola.

Una vez reabierta la puerta, los pastores y dobladores introdujeron al cabestro, tras cubrirlo con un capote, en el interior del coso pamplonés. El cabestro se había descaderado y obligó a su sacrificio. Poca gente pudo advertir lo sucedido, pero dos fotógrafos de Sanfermin.com recogieron el suceso y la secuencia completa.